Elizabeth Gilbert (sí, todavía no la supero) nos dio una plática completa sobre esto, y le he estado dando vueltas las últimas dos semanas. – Medio te conté un poquito de esto en el escrito de la semana pasada, ¡pero ahora me voy a ir más profundo! Woohoo.-
Hoy quería dejarte por aquí los "trips" y pensamientos que he tenido al respecto, porque me ha ayudado a estar más presente, a tener claro qué es lo que verdaderamente me importa en esta vida, y eso hace que todo sea más fácil.
En estos momentos, estar con Juan –mi pug– es lo que más feliz me hace. Ya está viejito, y quiero aprovechar cada segundo a su lado, aunque él no me pele. -haha-. No digo que no tenga más propósitos en mi vida; tengo metas, pero es algo que estoy trabajando en soltar, y quiero explicarte por qué.
Desde que nacemos nos meten –más bien, nos taladran– la idea de que tenemos que vivir una vida con propósito, una vida que para que "valga" tienes que hacer algo. Entonces validamos nuestra vida según lo que hacemos: qué trabajo tenemos, a quiénes ayudamos, qué tan "exitosos" somos, etc.
El propósito es esta cosa enorme que tenemos que saber desde muy chicos (porque si no sabes tu propósito, ¿cómo vas a generar un gran impacto con esta oportunidad de vida que tienes?). Además de eso, tu propósito es único para ti, en teoría. Tú eres la única persona que puede cumplirlo, y tiene que ser diferente al de las otras 8 mil millones de personas que viven aquí. ¡Madre santa, la presión! Y no termina ahí el asunto. Cuando te mueres, tienes que dejar un legado, uno importante (ahora imagínate si 8 mil millones de personas pensaran que su vida tiene que dejar un legado tan grande... sería un caos).
Además, creemos que si no hacemos cosas "grandes", estamos desperdiciando nuestra vida. Solo pensar eso me llena de ansiedad porque, honestamente, yo no quiero hacer cosas grandes en mi vida. Es demasiada presión. Pero desde niña me han metido la idea de que mi vida tiene que tener un propósito.
El problema más grande (para mí) con los propósitos es que siempre están en el futuro. Son esas metas que nos hacen creer que la felicidad llegará cuando las alcancemos. Y puedo escribir con toda seguridad que nos hemos demostrado mil veces que la felicidad de las metas alcanzadas es bastante efímera.
No digo que no tenga propósitos. Solo digo que cambiemos los propósitos por presentes, que nos preguntemos literalmente: ¿qué es lo que más se le antoja a mi alma hacer hoy?
Te voy a poner un ejemplo personal (porque aquí nos ponemos personales): antes de pensar así, yo creía que mi propósito era ayudar a las personas a través de lo que escribo. No me malentiendas, amo escribir y saber que hago sentir mejor a alguien, pero siempre estaba buscando el resultado final: vender miles de libros, tener millones de seguidores, cambiar cientos de vidas. La realidad es que, muchas veces, el camino para lograr eso no es un camino que necesariamente disfruto, y me sobrepresiono (hasta burnoutearme) por conseguirlo.
Peeeero, ¿y si mi propósito real en esta vida era simplemente estar en el lugar y momento exacto para que un día me cruzara una persona en bicicleta en un alto, y yo frenara para no matarla? Tal vez mi dios, el universo, etc., solo hizo que ese momento sucediera para que esa persona pudiera vivir, y eso tuviera un efecto del cual jamás me enteraré en esta tierra.
No tengo manera de probarte que mi teoría es cierta (bueno, la de Elizabeth bajada a mis palabras), pero tampoco tengo manera de probarte que no lo es.
Vivimos tanto buscando el futuro que dejamos de vivir.
Sé que algunos estarán pensando: "Pero tengo responsabilidades, ¿cómo puedo vivir una vida sin propósitos si tengo responsabilidades?"
La palabra responsabilidad viene de tu habilidad para responder (¡ooohhh!). Pero ¿cuántas de nuestras "responsabilidades" realmente nos rompen y nos vuelven menos capaces de sostener lo que verdaderamente importa? Estoy segura de que, si te pusieras a analizar todas tus responsabilidades, te darías cuenta de que muchas ni siquiera te pertenecen. La mayoría son ideas que la sociedad plantó en ti.
Te dejo esta pregunta de tarea: ¿Estás seguro de que realmente tienes que hacer todas las cosas que crees que TIENES que hacer?
Te invito a quitar esa palabra de tu vocabulario. Literalmente hay pocas cosas en esta vida que se tienen que hacer. ¿Por qué no cambiamos "TENGO que hacer" por "QUIERO hacer"? Porque en el querer está tu poder de decidir, de responsabilizarte de ti, no de lo que TIENES que hacer.
Y otra tarea para quienes piensan: "Yo sí tengo muchas responsabilidades." Solo reflexiona: si tu vida depende de un sistema donde tú sostienes todo, tal vez es momento de que se caigan algunos de esos sistemas. Quizás serían más ligeros si dejaras de creerte que tienes que dar tanto de ti para que se sostengan.
En fin, muchos de nosotros vivimos con tantas responsabilidades y propósitos que habitamos la ansiedad del futuro, en lugar de disfrutar una vida llena de decisiones y curiosidades que nos permitan habitar el gozo del presente.
Así que esta es una invitación a que te cuestiones: ¿Qué estás sosteniendo que te tira más de lo que te da? ¿A dónde estás corriendo tanto? ¿A dónde quieres llegar?
Porque la vida es hoy. Y si algo es seguro, es que no sabemos cuántos "mañana" nos quedan.
Tal vez el propósito de la vida no es llenarla de propósitos, sino vivir con el propósito de vivirla.
Que este sea tu recordatorio de dejar de competir en una carrera que probablemente ni siquiera quieres correr. Que inhales profundo, cierres tus ojos y te preguntes: ¿Qué es lo que realmente me hace sentir expandido? ¿Qué es lo que me hace sentir vivo? ¿A quién le pertenecen los latidos de mi corazón?
Corre hacia esa persona (o mascota), porque no tienes asegurado que estará ahí mañana.
Que este sea tu recordatorio de dejar de sostener todo lo que en realidad te rompe. Confía más en tu capacidad de resistencia que en tu miedo de controlar el futuro. Porque, aunque creas que lo sabes, lo único que realmente sabemos es que mañana no es una garantía.
Mientras sigamos viviendo una vida llena de "algún día", jamás seremos felices en este día.
Espero que estas letras te recuerden que no hay a dónde llegar, no hay nada que lograr. Eres un cachito del universo que vino a experimentar una vida humana, y eso es más que suficiente. Eso te hace más que suficiente, sin tener que probarle nada a nadie, ni siquiera a ti.
Espero que, cuando termines de leer esto, tomes la valiente decisión de estar presente en tu vida, con las cosas que te importan, y sueltes todo aquello que sabes, en el fondo de tu corazón, que no es tan importante
Este fin de semana me desconecté completamente durante cuatro días porque me fui de retiro. Me parece curioso que a mí no me diera tanta ansiedad, pero el desconectarme sí les causara ansiedad a otras personas, como a mis papás, por no contestarles. Es interesante cómo somos tan dependientes de no permitir que los demás simplemente estén presentes.
Gracias por ser parte de mi sueño, por suscribirte y ayudarme a seguir escribiendo.
¡Me emociona muchísimo invitar a todos los que estén en la Ciudad de México a este evento que, sin duda, es mi favorito del año! Es un taller de escritura donde no necesitas "saber escribir" para conectar, sanar, atravesar miedos y disfrutar de una noche que, estoy segura, superará todas las expectativas.
Con mucho amor, les deseo una semana en la que estén más presentes en el ahora y menos enfocados en las expectativas de un futuro que, si le abrimos la puerta para que nos sorprenda, sin duda lo hará.
Tengo pendiente leerme ese libro, ya lo tenía en mente pero me lo has vuelto a recordar. Y qué bien me ha sentado leer tu texto, porque hace no mucho llegué a la conclusión de que vivo pensando en un mañana, tratando de crear un futuro, y me olvido de lo que tengo en el presente, en el día a día. Estoy tan enfocada en el "tengo que" que me olvido de lo que realmente quiero y necesito. Me has ayudado a reafirmarme, a saber que los tiros van por ahí y que estoy llegando a conclusiones importante yo sola, porque creo que voy sanando, voy recalibrándone y dándole importancia a a lo importante.
Tenía desde el año pasado esta lectura abierta en una pestaña de mi navegador, esperando el espacio para leerla, porque estaba muy ocupado luchando en descubrir cuál es mi propósito en esta vida... gran parte de lo que he sentido y descubierto en este tiempo estaba en estas líneas. ¡Gracias por compartir estas letras!
Que el propósito sea vivir la vida, presentes en el presente ¿Qué QUIERO hacer hoy?
Tengo pendiente leerme ese libro, ya lo tenía en mente pero me lo has vuelto a recordar. Y qué bien me ha sentado leer tu texto, porque hace no mucho llegué a la conclusión de que vivo pensando en un mañana, tratando de crear un futuro, y me olvido de lo que tengo en el presente, en el día a día. Estoy tan enfocada en el "tengo que" que me olvido de lo que realmente quiero y necesito. Me has ayudado a reafirmarme, a saber que los tiros van por ahí y que estoy llegando a conclusiones importante yo sola, porque creo que voy sanando, voy recalibrándone y dándole importancia a a lo importante.
Tenía desde el año pasado esta lectura abierta en una pestaña de mi navegador, esperando el espacio para leerla, porque estaba muy ocupado luchando en descubrir cuál es mi propósito en esta vida... gran parte de lo que he sentido y descubierto en este tiempo estaba en estas líneas. ¡Gracias por compartir estas letras!
Que el propósito sea vivir la vida, presentes en el presente ¿Qué QUIERO hacer hoy?