Parte 3
– si no has leído los otros 2 da igual, solo por si querías seguir en este tema jaja y los quieres ir a leer-.
Este es el más difícil para mí de escribir, y sé que para muchos será de leer, porque el ego va a hacer todo lo posible para convencerte de que lo que te estoy diciendo no es verdad.
Vas a buscar argumentos en contra de lo que digo —créeme que yo también los tengo— pero al final del día, sé, en el fondo de mi corazón, que el amor siempre atrae más amor. No de la forma en la que creemos que debería atraerlo, pero siempre lo atrae.
A veces le pedimos al Universo:
¿cuándo va a llegar mi príncipe azul?,
pero cuando llega… no sabemos sostenerlo.
Todos conocemos el famosísimo cuento de la princesa y el sapo.
Hace muy poco entendí el verdadero mensaje:
no se trata de besar muchos sapos hasta encontrar al que se convierte en tu príncipe —aunque esto puede ser divertido—,
se trata de estar en una relación con alguien donde le des tanto amor, que tu amor los ayude —a ambos— a convertirse en mejores versiones.
Yo he besado a muchos sapos —con mucho “amor” a mis exnovios— y me he dado cuenta de que el motivo principal por el cual han terminado mis relaciones es porque pierdo de vista el verdadero amor.
El verdadero amor es dar sin la necesidad de recibir algo a cambio.
En este hermoso mundo egocéntrico, conocemos a alguien y constantemente estamos juzgando si esa persona es “la correcta” para nosotros.
Estamos juzgando constantemente, buscando el pretexto para decidir si son lo suficientemente buenos o no para nosotros, y perdemos de vista lo que realmente son las relaciones.
Las relaciones son el lugar más hermoso para poner a prueba nuestra capacidad de verdaderamente amar.
El Universo constantemente nos pone a personas enfrente para practicar esto, pero el ego nos hace creer que no hemos tenido increíbles oportunidades o que no hemos conocido a nuestro príncipe azul… pero la realidad es que no hemos sabido aprovechar las oportunidades que nos ha dado para aprender sobre el amor.
Cuando llega alguien que podría ser la persona indicada, sobrevaloramos lo que creemos que debería ser el amor:
“debería tener a un hombre a mi lado que me mande flores”,
“debería tener a un hombre a mi lado que me haga sentir sostenida”,
“debería tener a un hombre a mi lado que no le dé miedo perderme”.
El debería de, el debería de, el debería de…
Así es mi conversación interna con mi novio.
Mi miedo busca constantemente todas las razones por las que él no es suficiente para mí, para yo levantar todas mis murallas y cerrar mi corazón, creyendo —equivocadamente— que si veo todo lo que él no está haciendo por mí, en realidad estoy protegiendo mi corazón.
Pero ese es un juego que nos juega el ego: el voltear a ver al otro en lugar de voltearnos a ver a nosotros mismos.
Si algo he aprendido,
es que la elección de dar el amor que no recibimos siempre es una opción.
Hay algo muy mágico cuando das lo que no estás recibiendo —pero esta magia únicamente sucede cuando estás realmente conectado al amor, y no al miedo de perder a la otra persona ni al intento de manipular para que se quede—.
Cuando das amor, te das cuenta de que ese amor es tan puro y verdadero que sientes que te quitas un peso de encima.
Te das cuenta de que estás dando por el placer de dar, no por el miedo a que alguien más se vaya.
Y esta es una línea muy delgadita, porque obviamente existen todos mis miedos… a que dar de más haga que alguien no vea mi valor.
Crecimos con la errónea idea de que te tienen que perder para que te valoren, de que hay que jugar juegos para enamorarnos.
Pero no hay juego más valiente que el que decide amar sin la necesidad de recibir nada a cambio.
Porque en ese juego, el que da, siempre —repito: siempre— gana.
Solo pierdes cuando das amor por recibir lo que estás dando.
Y le digo valiente a esta forma de amar, porque sí… cuando entra el ego —que siempre entra—, hay dolor.
Pero la verdadera tarea es conectar constantemente con esa energía de dar amor, que lo das con todo tu corazón, y cuando las cosas no funcionan como pensabas que tenían que funcionar, siempre te vas de esa situación lleno.
Puede ser que decepcionado… pero lleno.
Porque sabes, en lo más profundo y puro de tu ser, que sí diste, que sí amaste,
que hiciste lo mejor que pudiste, sin jugar juegos, sin manipular, sin confundir amar con poseer.
He puesto esto en práctica en mi relación —obviamente no lo logro hacer todo el tiempo—
pero me he dado cuenta de que el cómo mi novio se presenta ante mi relación está íntimamente conectado con cómo yo elijo presentarme para él.
Me he dado cuenta de que el amor más profundo que he sentido que él me tiene no viene de enfocarme en las cosas que hace o no hace,
sino en hacerme responsable del papel que yo juego en mi relación.
En soltar todos los “él debería”, y simplemente enfocarme en el “yo puedo dar”.
Ahora y para cerrar,
un entreparéntesis que sentí necesario escribir:
Los límites.
Todo esto no quiere decir que me quedaré en este amor dando sin sentir que estoy contenta al hacerlo.
No soy puro amor (aunque en realidad sí),
también tengo dolores y ego,
también tengo mis límites para dar.
Al final de todo, estoy reaprendiendo a amar.
Pero al estar en esta relación, en el intento de dar, confío ciegamente —aunque con un poco de miedo de repetir patrones— en que mi corazón tal vez va a saber si algún día es momento de amar a distancia.
Porque yo solo me puedo hacer responsable de darle amor,
de no dejar que mis miedos inunden mi relación.
Pero como he dicho antes:
el amor es unilateral,
las relaciones son bilaterales.
Y puede que llegue el momento en el que me dé cuenta de que amarlo, amar y amarme hagan que mi relación se transforme, y decida ya no estar ahí.
Pero si algo te puedo decir, es que cuando pones ese límite desde el amor,
desde el “lo que estoy dando aquí no es lo que aquí en realidad está dando”
—porque a veces nuestra ausencia da más que nuestra presencia—,
siempre que dejas ir, que te sueltas desde ese lugar,
aunque pueda existir dolor, coexiste tanto con el amor,
que el soltar viene con una profundidad muy oscura…
pero donde siempre hay luz.
Que no se nos olvide,
que siempre podemos elegir dar el amor que no recibimos,
pero que a veces, amar también es aprender a soltar.

Si esto te hizo bien, tal vez también le haga bien a alguien más.
Gracias por ayudarme a que mis palabras lleguen más lejos compartiendo a lo que le pongo todo mi corazón.
Sé que muchos por aquí escriben.
Y si algo me ha cambiado la vida, es haberme atrevido a publicar un libro.
(Llevo 3, pronto el 4, y ya vivo 90% de esto).
Créeme que entiendo el miedo que puede darte, y por eso quiero ayudarte a publicar.
Voy a abrir 3 mentorías 1:1 para ayudarte a publicar tu libro.
Mi promesa es que termines con un libro impreso y una estrategia clara para venderlo.
Si te interesa, te dejo más info aquí.
Y, con todo mi amor te quiero dejar algo que espero que se guarde en tu corazón, no tiene que ser conmigo pero:
Lo que tienes que decir, vale la pena el esfuerzo de hacerlo.
Por algo el universo te dio ese don —aunque ya sé que a veces crees que no—
sí lo tienes. Y no publicarte es un deshonor para los demás,
porque todos merecemos tener la oportunidad de conocer a profundidad
un corazón como el tuyo.
Que tengas una semana hermosa,
donde constantemente conectes con el amor.
Tú vales la pena el esfuerzo de tener una vida llena de magia,
y el amor es la clave para hacerlo.
Aunque no te conozca, te quiero,
porque me han permitido conocerme a través de escribir,
y eso es un regalo que llevo en lo más profundo de mi ser.
Ali :)
Este escrito era justo lo que mi corazón necesitaba, amo demasiado como escribes, siempre tienes las palabras para llegar a mi alma 💖
Es que creo nos lo han enseñado mal, esos cuentos fantasiosos de que estar con alguien te dará la felicidad o el amor que mereces, más bien las personas que se nos presentan son para una y otra vez elegirnos a nosotros mismos, el amor no es el dar el amor es lo que somos en realidad, el amor está en nosotros y así podemos mostrar nuestra alma a los seres que amamos, cuantas veces no me he sentido no valorada no amada , pero siempre me repito una y otra vez me elijo yo , me elijo yo, y eso me da motivación a seguir por el auto respeto que me tengo, gracias a eso he podido salir adelante y llegar a lugares que jamás imaginé 💕