Me gusta confiar en que no se puede desamar a alguien,
que lo único que me toca hacer es reacomodar el espacio que ocupaba en mi corazón.
De las cosas que más amo del amor,
es que las relaciones son el lugar más bonito para crecer.
Te abren todas tus heridas que creías que tenías bien cerradas,
para darte cuenta de que aún hay dolor que trabajar.
Te espejean todos tus miedos.
Te recuerdan que eres vulnerabilidad.
Requieren valentía de entregarle tu corazón a alguien,
aun sabiendo que aunque sean felices para siempre,
algún día te va a lastimar.
No por falta de amor, sino porque a veces también herimos a quienes más amamos.
De las cosas que más me han ayudado a “dejar ir”,
es intentar dejar de hacerlo.
Me parece una total falta de respeto a mi corazón el pedirle que borre de sus latidos a quien alguna vez le hizo recordar la belleza de estar vivo,
—aun cuando a veces esa belleza fue recordada a través de lágrimas y dolor—.
Mucho de la personita que soy hoy, se lo debo a todos mis exnovios
—y personas que he amado—.
No sería tan aventurera si no hubiera tenido un novio buzo de cuevas, no seguiría mis sueños si no hubiera tenido un novio escultor, no cuidaría tanto al corazón ajeno si no hubiera tenido un novio —bueno dos— que me puso el cuerno, no me hubiera atrevido a probar la psicodelia si no hubiera tenido un exnovio espiritual, no tendría la disciplina de perseguir mis sueños si no hubiera tenido un novio creando su empresa.
Y todas estas cualidades que hoy cargo conmigo —y cientos que no mencioné— no las llevaría sin ellos,
sin agradecer que tuve la oportunidad de cruzar mi camino y enamorarme,
dejarme ser vulnerable,
haber derramado lágrimas,
jurar que nunca lo volvería a hacer,
pero una vez más,
enamorarme de nuevo.
Me gusta pensar que cuando se rompe el corazón,
es porque te está pidiendo que acomodes las piezas de otra manera,
no para que dejes un cachito de él afuera,
sino para que puedas volver a pegarlas,
moviendo a quien alguna vez amaste a otro lugar.
Así que para todos los que me preguntan:
¿cómo puedo dejar ir?
Pues mi respuesta corta es: no se puede dejar ir, solo se puede reacomodar.
Y no me malinterpretes, reacomodar a alguien que pensaste que sería tu para siempre, es una de las cosas más difíciles que nos tocan hacer en esta vida.
Pero también sé que el amar es lo más hermoso, y si tuviste la suerte —aunque sea por unos instantes— de sentir esa conexión de almas que es imposible de poner en palabras,
si tuviste la suerte de por lo menos un instante, darle permiso a alguien de realmente conocerte, de ver todas las cosas que creías que tenías mal, y que te ayudaron a sostenerlas, aunque sea por solo un ratito, espero que sepas que eso es especial, que eso siempre —aun con el dolor— vale la pena agradecer.
Porque no hay nada más bonito que aprender que te puedes amar viendo la forma en la que alguien más te sabe amar.
No hay nada más bonito que poder agradecer cómo alguien pudo abrir tu corazón para enseñarte tu propia capacidad de amar.
No hay nada más bonito que saber que eres tan valiente que una vez más te pudiste enamorar.
No hay nada más bonito que saber que en un mundo con billones de personas, aun si fue solo por un instante, lograste sentir algo que hay quienes pasan una vida entera buscando.
Que tuviste la oportunidad de verdaderamente ver el alma de alguien más.
Así que espero que logres ver que nadie toca tu alma sin terminar por encender una luz que ni siquiera sabías que llevabas dentro,
que no hay amor que no haya valido la pena amar.
Porque el amor no es parte de la vida,
el amor es la vida.
Y si te cierras a amar,
te cierras a la vida.
Así que este es para ti,
para ti que te estás forzando a dejar ir,
siente tu dolor,
pero que no se te olvide
El duelo es el precio que pagamos por haber tenido el privilegio de amar a alguien.
No te fuerces a dejar ir.
No fuerces a tu cuerpo a dejar de sentir tristeza cuando todo lo que te está pidiendo es que dejes que las lágrimas te inunden,
para darte cuenta de que dentro de ti siempre has tenido resiliencia.
No te fuerces a salir de esa oscuridad cuando aún no has encontrado el tesoro que habita en ella.
Porque lo curioso del dolor es que si aprendes a habitarlo,
siempre llega con una lección.
No te fuerces a soltar antes de tiempo,
antes de haber sentido la herida sangrar,
para que en lugar de solamente dejarla cicatrizar,
encuentres la luz que ella te vino a enseñar.
No te fuerces a dejar ir.
Confía en tus procesos,
confía en que la vida no te está castigando, sino enseñando.
Porque el realmente dejar ir no llega cuando le pides al corazón que lo haga,
sino cuando te sientas en tu dolor y aceptas que amaste tan profundo que lo único que está haciendo tu corazón es multiplicarse.
Pero necesita tiempo y espacio para lograrlo.
Así que siéntate en tu dolor,
y confía en que, aunque creas que no,
sí lo estás procesando.
Gracias por leerme.
De verdad, créeme que entiendo el honor y privilegio que es que me regales tu tiempo.
¡Espero poder tocar tu corazón, o al menos hacerte sentir acompañado!
Me significaría muchísimo que te suscribas para poder seguir creando este contenido gratis, con todo mi amor :)
El podcast de esta semana está chiquito, pero hermoso.
Un apapacho al corazón, para ayudarnos a amar más bonito.
Puedes escucharlo en YouTube o aquí en Spotify.
Y también quiero aprovechar para contarles, con el corazón llenito, que en menos de 4 meses… ¡ya se vendieron 3,000 copias de El libro que llega a ti!
No les puedo explicar lo que siente mi corazóoon.
Para mí es un número enorme, y no podría estar más agradecida con ustedes.
Si te gustaría verlo, te dejo el link aquí 💛
Que tengas un resto de semana donde no dudes ni un segundo que la vida está enamorada de ti.
Un abrazo al corazón
Necesitaba leer todo esto en estos momentos, no sabes todo lo que me has hecho reflexionar, te agradezco por escribir esto ✨