Este escrito es diferente a los demás.
Siempre intento escribir algo positivo,
algo que llene de amor y esperanza,
pero el abrazo de hoy es diferente.
El abrazo de hoy se trata de ser vulnerable contigo,
porque la vida no siempre es color de rosa.
- aunque si lo es, solo no siempre lo podemos ver-.
Porque me puedo saber toda la teoría,
pero aun así,
aprendo que no siempre la puedo poner en práctica.
Quería escribirte algo honesto,
para conocernos mejor,
para recordarte que no todo siempre es como se ve,
para abrazar a quien también de vez en cuando lo visita su ansiedad.
Tenía demasiado tiempo sin sentirme tan ansiosa,
esa ansiedad que no hay manera de calmar con los pensamientos,
que vive atorada en el cuerpo y no se sacude por más que intento moverla.
Se me había olvidado lo difícil que se vuelve respirar,
trabajar,
simplemente estar.
En especial cuando la vida cambia antes de que esté lista para sostenerla.
Creo que hay momentos clave en la vida donde requieres ser una versión nueva, una versión que no estás seguro de cómo será, una versión que tal vez no fue tu elección llegar a ella, pero que sabes que te ayudará. Para mí, esto es lo que hoy es mi ansiedad, que la vida me esta pidiendo una versión mía que no estoy logrando ser.
Hace seis meses estaba en la etapa más feliz de mi vida: el trabajo de mis sueños, proyectos que me emocionaban, la relación que más he amado, gran lugar con mis amigos, familia, todo pretendía estar en su lugar.
-Aunque una parte de mí estaba esperando el momento en que la ansiedad me volviera a visitar-.
Los últimos dos meses he sentido que la vida se me desvanece entre los dedos sin que yo la pueda sujetar.
Todo cambia,
la gente se va,
la gente traiciona,
los trabajos cansan,
los sueños se alejan,
la familia se siente ajena,
los amigos tienen sus propias vidas.
No sé, no es que todo esté en caos al mismo tiempo. De hecho, si me pongo a realmente analizar la vida, todo siempre está bien, y nada de lo que me sucede es realmente importante, pero lo difícil de la ansiedad es que aunque creemos que es un tema mental, muchas veces la respuesta no esta en la cabeza, y nos enredamos tanto buscándola que nos terminamos perdiendo aun mas.
Regresando al tema de nuevas versiones, la vida me está poniendo a prueba. Siempre he sido “buena”, a desvivirme por los demás, pero siempre me termino fallando a mi.
Y la vida me está pidiendo que me empodére, que ponga límites, que me vaya de trabajos donde no se aprecia lo que hago, que invierta y confíe en mis talentos, que le dé la oportunidad a alguien más de luchar por mí en lugar de yo estar luchando para que ese alguien regrese o me de la vuelta y confíe en que viene alguien mejor. La vida me está pidiendo que yo diga no para que ella me pueda enseñar que cuando me permito valorarme, la vida puede sostenerme.
Pero como todo período de cambios, este proceso ha sido verdaderamente incómodo. Literal no he parado de sentir mi corazón palpitar, y sentir que esta lleno de ansiedad.
Te cuento esto no solamente porque escribirlo es una forma para mí de desahogarme y entenderme,
sino porque tal vez estás pasando por algún momento similar.
Y aunque no tengo la respuesta de qué hacer con tu ansiedad,
algo he tenido claro estos días es:
No puedes saltarte capítulos de tu historia si lo que buscas es realmente vivir una vida realmente vivida, porque para ver a las estrellas brillar, tienes que aprender a caminar en la obscuridad.
Siempre he creído que existen dos tipos de almas:
las que nacieron para seguir el “deber ser” (que muchas veces las envidio) y que son como un barco de papel que solamente navegan en un lago, hermoso, pero para mí aburrido. Y las que nacieron para navegar tormentas en altamar; Caótico, emocionante, fuerte, no siempre estable, pero siempre llegas a lugares que jamás pudiste imaginar.
Quiero creer que la mayoría de los que me leen son el segundo tipo de personas, y que muchas me van a entender, que tendemos a vivir la vida a flor de piel.
En fin,
para mí,
las personas que nos responsabilizamos de nuestra ansiedad,
las que la cruzamos con la valentía llena de miedo temblando,
las que a pesar de querer soltar todo seguimos nadando,
las que vivimos esta vida para sentir más,
para vivir más,
para llegar más allá de lo que podemos imaginar,
nos toca atravesar (varias veces) el mar de la ansiedad.
Así que te quiero regalar una carta que le escribí a mi ansiedad,
porque tal vez te pueda ayudar a que tú escribas la tuya,
o tal vez tu ansiedad y la mía son primas y nos entendemos bien.
Como lo dije al principio,
este escrito es en especial para mí,
y para quienes pueda hacer sentir acompañados en su momento de caos.
Querida,
no tan querida,
Ansiedad:A estas alturas,
sé que ambas sabemos que te encanta mentirme,
pero yo no sé cómo no creerte.A estas alturas,
sé que sabes cómo mantenerme despierta por las noches,
pero dormida en mis días.A estas alturas,
sé que ambas sabemos que te encanta mantenerme en la indecisión,
y cuando logro decidir,
me convences de que tomé la decisión incorrecta.
Y estas alturas,
aun siendo consciente,
no sé cómo sacarte de mi mente.A estas alturas,
sé que te encanta meterte a mi cuerpo como si fuera tuyo,
sé que me sacas de mi centro en menos de 5 segundos,
sé que me llevas a futuros escenarios imaginarios,
y lo peor de todo es que los vuelves tan reales que los atraigo a mi realidad.Pero a estas alturas también sé que eres pasajera,
que todo es cuestión de dejar de tenerle miedo a que estés presente,
a que te dé la bienvenida a mi vida,
no para que te quedes,
sino para que vengas a enseñarme,
a crecer,
a demostrarme que si puedo pasar estas oleadas,
que aunque sienta que me ahogo,
siempre termino nadando,
y que a lo único que vienes a mi vida es a recordarme de realmente sentirla.Así que a estas alturas también sé que ya no puedo pedirte que te marches,
no porque quieras hacerme daño,
sino porque me estás pidiendo que crezca,
que cambie,
que volteé a ver lugares de mí que me da constante miedo entender,
pero que en ese preciso lugar es donde se encuentra la nueva versión mía,
a la cual llegaste a evolucionar,
y que a mi ya me toca ser.
Hoy, en lugar de contarte en qué proyectos ando, porque estoy cerrando mis vacaciones, quiero pedirte algo a ti: quiero pedirte que dejes en los comentarios tu mejor tip, escrito, ejercicio, o lo que sea que te haya ayudado a calmar tu ansiedad.
Que tengas una semana en la que aceptes las cosas como son, en lugar de pelear para que sean como crees que deberían ser.
El ritual es el siguiente: un baño largo (con agua fría), después ponerme un perfume ligero (los aromas me ayudan a tranquilizarme), abrazar a mi perro (o abrazarte a ti), comer algo delicioso y fresco (como una mandarina o alguna otra fruta), leer algo que me distraiga y siempre acompañar esto con música (de ritmos fuertes e intensos a tranquilos. Según me vaya sintiendo menos ansioso). En mi última crisis ansiosa, entendí que cuando se vuelve incontrolable es porque estoy poniendo mucha energía y atención en lo de afuera (personas, situaciones o futuro) y entendí que es lo que falta. Dejar de prestar atención en la vida que hay fuera, para regar la que llevo dentro. Espero les sirva, y les dejo un abrazo calientito de un ansioso a otro. 🫂
Yo creo que todo (TODO) lo que vivimos es un regalo de la vida para que nuestra alma trascienda y logre su objetivo terrenal. Todo lo demás es el ego hablando. Creemos que tenemos un objetivo en el mundo como humanos, pero en realidad tenemos un objetivo como almas. Ella solita se busca sus caminos y la vida los construye a la medida de lo que tenemos que trabajar. Así que todo es perfecto, todo es exactamente como debería ser. La vida no se equivoca, nunca. La vida no comete errores. Y más allá de ello, sea cual sea el camino que elijamos y la decisiones que tomemos, siempre serán las correctas y siempre trabajaremos lo que venimos a trabajar.
La clave es confiar en que hay un plan maestro que no logramos entender. Sé que a veces sentimos que la vida nos tira al suelo y nos pone el pie en el cuello, lo sé, a todos los seres humanos nos pasa y algunas veces duele muchísimo… Pero:
CONFIAR - AGRADECER - SEGUIR 🙏🏼