👏👏👏 Elegir tus creencias es un acto profundamente energético. Cada pensamiento que decides abrazar emite una frecuencia que no solo moldea tu percepción, sino que también construye la realidad que experimentas. La energía de tus creencias es como el agua en un río: puede fluir libremente, expandiéndose hacia nuevas posibilidades, o puede quedarse estancada, limitándote a lo conocido.
Cuando eliges creencias expansivas—como “soy abundante,” “soy suficiente,” “la vida está llena de oportunidades”—generas una energía vibrante que te conecta con el flujo infinito del Universo. Esta energía no compite ni resta a los demás; es como el sol: se comparte sin límite, iluminando todo a su paso. Al creer en tu grandeza, no quitas brillo a nadie más; simplemente te permites brillar en tu totalidad, inspirando a otros a hacer lo mismo.
Por el contrario, cuando te aferras a creencias limitantes—“no soy capaz,” “no merezco,” “todo es difícil”—la energía que emites se contrae. Es como si cerraras las puertas a las infinitas posibilidades que la vida te ofrece. Esa contracción no solo afecta lo que percibes de ti mismo, sino también cómo interactúas con el mundo y qué estás dispuesto a recibir.
Lo poderoso de este enfoque es entender que tú eres el creador de esa energía. Tus pensamientos son el punto de partida, pero las emociones que los acompañan son las que amplifican su poder. Cuando caminas creyendo que eres la persona más guapa, exitosa o abundante, no es solo una idea; es una vibración que transmites al entorno. Esa confianza genera una energía magnética, capaz de atraer personas, experiencias y oportunidades que resuenan con esa frecuencia.
Y ahí radica la magia: elegir tus creencias no es negarte la realidad, es transformarla. Es decidir vivir desde una energía que no solo te haga sentir bien, sino que también te permita crear una vida más plena. Es conectar con la fuente inagotable que todos llevamos dentro y recordar que, como el cenote en Tulum, hay un lugar infinito y silencioso en tu interior donde puedes manifestar cualquier cosa, siempre que estés dispuesto a dejar ir lo que ya no te sirve.
Las energías que eliges generar a través de tus creencias no solo impactan tu mundo interno; también se convierten en la semilla de lo que el Universo puede entregarte. Si la abundancia es como el sol, entonces tus creencias son el horizonte. Todo lo que decides creer no es una simple fantasía; es una invitación consciente al Universo para colaborar contigo en la creación de tu realidad. Al final, ser delusional no es otra cosa que un acto de fe: creer en la posibilidad de lo que aún no existe, pero ya vibra en tu interior, esperando ser reconocido y manifestado.
Ali tu sinceridad y vulnerabilidad son pura inspiración. Esa persona que esperas, la inventas porque todos somos una proyección del mismo todo. Alguien te inventó, te dio la magia de crear, y ahora tú haces lo mismo. Ser ‘delusional’ no es negación, es elegir la grandeza que ya habita en ti. Tsss… pura magia.
Wooww Ali! Muchas gracias por compartir y me sentí muy identificada con las limitaciones que nos ponemos en nuestra cabeza diario y como se pueden cambiar de negativo a positivo. Me pusiste a pensar en que me cuesta el mismo trabajo decir “no soy suficiente” a transformarlo con “soy una persona que vale la pena amar”. Como nosotros mismos somos unos jueces tan duros y no valoramos todo lo que tenemos enfrente siempre queriendo más o simplemente dando por sentado que las cosas ya son así. La la parte donde mencionas lo de cómo todos podemos elegir ser lo que queramos sin quitarle nada a nadie me quedó muy marcada y me cayó el 20 de que tienes muchísima razón. Me encanta tu trip y lo repito, muchas gracias por compartir 🥰
👏👏👏 Elegir tus creencias es un acto profundamente energético. Cada pensamiento que decides abrazar emite una frecuencia que no solo moldea tu percepción, sino que también construye la realidad que experimentas. La energía de tus creencias es como el agua en un río: puede fluir libremente, expandiéndose hacia nuevas posibilidades, o puede quedarse estancada, limitándote a lo conocido.
Cuando eliges creencias expansivas—como “soy abundante,” “soy suficiente,” “la vida está llena de oportunidades”—generas una energía vibrante que te conecta con el flujo infinito del Universo. Esta energía no compite ni resta a los demás; es como el sol: se comparte sin límite, iluminando todo a su paso. Al creer en tu grandeza, no quitas brillo a nadie más; simplemente te permites brillar en tu totalidad, inspirando a otros a hacer lo mismo.
Por el contrario, cuando te aferras a creencias limitantes—“no soy capaz,” “no merezco,” “todo es difícil”—la energía que emites se contrae. Es como si cerraras las puertas a las infinitas posibilidades que la vida te ofrece. Esa contracción no solo afecta lo que percibes de ti mismo, sino también cómo interactúas con el mundo y qué estás dispuesto a recibir.
Lo poderoso de este enfoque es entender que tú eres el creador de esa energía. Tus pensamientos son el punto de partida, pero las emociones que los acompañan son las que amplifican su poder. Cuando caminas creyendo que eres la persona más guapa, exitosa o abundante, no es solo una idea; es una vibración que transmites al entorno. Esa confianza genera una energía magnética, capaz de atraer personas, experiencias y oportunidades que resuenan con esa frecuencia.
Y ahí radica la magia: elegir tus creencias no es negarte la realidad, es transformarla. Es decidir vivir desde una energía que no solo te haga sentir bien, sino que también te permita crear una vida más plena. Es conectar con la fuente inagotable que todos llevamos dentro y recordar que, como el cenote en Tulum, hay un lugar infinito y silencioso en tu interior donde puedes manifestar cualquier cosa, siempre que estés dispuesto a dejar ir lo que ya no te sirve.
Las energías que eliges generar a través de tus creencias no solo impactan tu mundo interno; también se convierten en la semilla de lo que el Universo puede entregarte. Si la abundancia es como el sol, entonces tus creencias son el horizonte. Todo lo que decides creer no es una simple fantasía; es una invitación consciente al Universo para colaborar contigo en la creación de tu realidad. Al final, ser delusional no es otra cosa que un acto de fe: creer en la posibilidad de lo que aún no existe, pero ya vibra en tu interior, esperando ser reconocido y manifestado.
Ali tu sinceridad y vulnerabilidad son pura inspiración. Esa persona que esperas, la inventas porque todos somos una proyección del mismo todo. Alguien te inventó, te dio la magia de crear, y ahora tú haces lo mismo. Ser ‘delusional’ no es negación, es elegir la grandeza que ya habita en ti. Tsss… pura magia.
Wooww Ali! Muchas gracias por compartir y me sentí muy identificada con las limitaciones que nos ponemos en nuestra cabeza diario y como se pueden cambiar de negativo a positivo. Me pusiste a pensar en que me cuesta el mismo trabajo decir “no soy suficiente” a transformarlo con “soy una persona que vale la pena amar”. Como nosotros mismos somos unos jueces tan duros y no valoramos todo lo que tenemos enfrente siempre queriendo más o simplemente dando por sentado que las cosas ya son así. La la parte donde mencionas lo de cómo todos podemos elegir ser lo que queramos sin quitarle nada a nadie me quedó muy marcada y me cayó el 20 de que tienes muchísima razón. Me encanta tu trip y lo repito, muchas gracias por compartir 🥰
Me encantóoooo 🫶🏼🫶🏼